Habitué, según la
real academia, hacer que una persona coja una costumbre o un
hábito con la repetición regular de un mismo acto o de un uso reiterado y
regular de una cosa.
Generalmente la gente es habitué de un lugar agradable, divertido, un
lugar que le da placer, como un bar, una plaza. En mi caso soy habitué de un
hospital, me di cuenta de esta realidad después de que la chica que daba los
turnos en oftalmología me dijera, "a vos te hice un campo visual hace
poco", salí de ahí y seguí subiendo las interminables escaleras del
hospital del clínicas (sus ascensores tardan años luz en llegar) y pensando, ok
Tardón que te reconozcan en la ventanilla de un hospital inmenso como es el
hospital de clínicas habla de que claramente pasas mucho tiempo por acá.
Y es así, estos últimos meses paso más tiempo en ese hospital que en mi
casa. Se reconocer en que piso esta cada sector como si trabajara ahí, me hice
estudios en prácticamente todos su pisos, estuve internada en sus habitaciones,
conozco sus pasillos, me saludo cariñosamente con las enfermeras y medicos.
Cuando estas enfermo
el hospital se vuelve tu segundo hogar o hasta el primero, pasamos mucho tiempo
ahí domando al lobito que tenemos dentro y ese lugar espantoso del que por lo
general uno quiere irse pronto, se vuelve hasta un poco agradable, porque mas
allá de sus espantosos pasillos salidos directamente de una de esas baratas
películas de terror que suelo ver con mi prima, comienzan a aparecer los
recuerdos agradables y no tanto, pero recuerdos que te llevaron hasta tu hoy,
la que sos ahora, esa NUEVA VOS. Te recuerdan tu lucha, tus llantos y por
supuesto tus victorias!! Ahí están tus médicos, las enfermeras todos los que te
acompañan en este viaje de aprender a caminar junto con tu enfermedad, los que
cuando te ven te sonríen, te preguntan como estas y se alegran igual que vos de
cada progreso.
Es así que me volví habitué de un hospital a fuerza de enojos y
negaciones, pero finalmente aceptación de que ese lugar, al que tantos le
tienen miedo, es ahora el epicentro de mi camino. El camino que de a poco
empiezo a andar hacia la aceptación de mi Lupus.