Un 12 de diciembre, hace dos años, ingresaba a una guardia con una pancreatitis aguda galopante. Ese día hace dos años me podría haber muerto, o eso me dijeron los medicos. Pero acá estoy escribiendo, mas viva que nunca, mas contenta que nunca y todos los mas que desee agregarle. En un punto ese fue el broche de oro perfecto para lo que es hasta hoy el peor año de mi vida. Mas allá de los dificiles meses que pase por causa de mi LES, exactamente un mes antes se había ido una de las mujeres que mas amo y extraño. Pero todo pasa por algo dice mamá y dejenme creerlo así, porque yo necesitaba un angel que me cuidara en ese momento y estoy segura que fue ella. Mi abuela no era de las que hacen muchos regalos porque ella tenia demasiado nietos con los que cumplir, pero era la que llegaba cuando estabas enfermo con una cazuela y pan casero; se sentaba en la cama te tomaba la fiebre, te daba un beso y se quedaba ahí cuidandote. Como todavía me gusta creer que lo hace conmigo, cuando no hay nadie más para tomarme la fiebre. Eso la convierte en la mejor abuela que pude haber tenido siempre. Claramente de la mejor abuela solo pueden salir las mejores hijas, una de ellas es mi mamá. Que tiene los mismos vicios de enfermera, lo que la hizo pasar 12 días durmiendo en una silla escuchando solo quejas y ningún gracias. Así que aprovecho para decirlo, Gracias Mamá! Esto solo se trata de recordar. De sanar. Para no volver a cometer los mismos errores. Para nunca mas dejarme sufrir así. Estos son mis momentos bisagra, los tengo presentes todas las mañanas. Porque me convierten nuevamente en lo que soy hoy. La habitación 10410 es inolvidable, pero me hace muy feliz tener esa posibilidad de no olvidarla. Nunca olvidarla. "No es la luz lo que importa en verdad, son los 12 segundos de oscuridad."
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